Tu decisión de rescatar a un animalito puede cambiarle la vida, pero necesita mucho más que refugio. Esto es lo que tenés que saber para acompañarlo bien.
Salvar a un perrito o gatito del abandono es un acto inmenso de amor, pero también el inicio de una gran responsabilidad. Ese momento en el que decides intervenir puede cambiar una vida por completo, y saber cómo actuar desde el principio es clave para que ese cambio sea positivo. Muchos animales llegan heridos, asustados o enfermos, y no basta solo con darles comida o un techo: necesitan cuidados físicos y emocionales para comenzar a sanar de verdad.
La Dra. Ana Fernández, médica veterinaria, es clara: lo primero es llevar al animal al veterinario. Aunque se vea bien, puede tener parásitos, infecciones o incluso enfermedades graves. Además, como suele desconocerse su edad y antecedentes, no se puede vacunar sin una revisión previa. «Vacunar a un animal enfermo puede ser peligroso», advierte la experta. Y ojo: al principio, es mejor mantenerlo separado de otros animales para evitar contagios.
Muchos animales rescatados están tan asustados que no entienden que los están ayudando. Pueden reaccionar con miedo o incluso con agresividad. “No saben que están a salvo”, dice Fernández. La clave está en la paciencia: darles espacio, no forzar el contacto y permitir que, poco a poco, recuperen la confianza. Un entorno tranquilo, seguro y cálido será fundamental para que empiecen a sentirse en casa, ya sea en un hogar definitivo o temporal.
Rescatar no es solo salvar: es acompañar. Implica visitas al veterinario, buena alimentación, higiene adecuada y mucha empatía. Cada pequeño gesto cuenta para su recuperación. Así que si diste el paso de ayudar a un animalito, hiciste algo hermoso. Ahora, completá ese acto de amor con compromiso: porque cuando le das lo que necesita, no solo lo sanás… le estás regalando una nueva oportunidad de vida.
Fuente: RPP_15/04/2025