El psicólogo escolar cumple un rol crucial en la detección temprana de problemas, el acompañamiento emocional y la inclusión educativa.
En medio de los retos que enfrenta el sistema educativo, la figura del psicólogo escolar cobra una relevancia cada vez mayor. Más allá del rendimiento académico, las escuelas necesitan entornos emocionalmente seguros y saludables para que sus estudiantes puedan desarrollarse plenamente. Sin embargo, los esfuerzos por integrar a estos profesionales en las instituciones aún parecen insuficientes. Prueba de ello es que, de los mil psicólogos que rindieron recientemente el examen nacional del Serums, solo 350 fueron asignados a colegios, mientras que el resto irá a centros de salud.
Este número ha despertado preocupación en el ámbito educativo y sanitario. Para el doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, el rol del psicólogo escolar es tan importante que debería considerarse una prioridad nacional. Su labor no se limita a escuchar o brindar contención emocional: también implica identificar problemas de aprendizaje, evaluar la salud mental de los estudiantes y elaborar estrategias de apoyo en colaboración con los docentes. En muchas ocasiones, es esta intervención temprana la que marca la diferencia en el desempeño académico y personal del alumno.
Además, estos profesionales son clave en la construcción de una educación inclusiva. Diseñan programas de enseñanza individualizados para alumnos con condiciones específicas, como el TDAH o trastornos del aprendizaje. Trabajan mano a mano con los maestros para adaptar contenidos y metodologías, asegurando que ningún estudiante quede fuera del proceso educativo. Su mirada especializada permite que la escuela se adapte al niño, y no al revés.
Pero su impacto va más allá del aula. Los psicólogos también actúan como un puente entre la escuela y la familia, brindando orientación ante señales de alarma como tristeza persistente, retraimiento o cambios de conducta. Al mismo tiempo, lideran campañas preventivas que promueven el bienestar emocional de toda la comunidad educativa. De esta manera, contribuyen a una cultura escolar que pone la salud mental en el centro, no como un lujo, sino como una necesidad básica para aprender y crecer.
Fuente: RPP_22/04/2025