Muchos padres no saben diferenciar entre una personalidad activa y un trastorno de neurodesarrollo. Aquí te explicamos qué buscar y cuándo es hora de consultar aun especialista.
Cuando un niño no puede quedarse quieto, interrumpe constantemente o parece vivir en su propio mundo, muchos adultos piensan que simplemente es muy activo. Sin embargo, esa energía desbordante puede ser una señal de algo más serio: el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Esta condición del neurodesarrollo afecta a miles de niños y puede impactar profundamente su desempeño académico, relaciones sociales y autoestima si no se detecta y trata a tiempo.
Aunque aún no se conoce una causa única del TDAH, se sabe que tiene un fuerte componente genético. Factores como el parto prematuro, el bajo peso al nacer o la exposición a toxinas durante el embarazo también se asocian a su aparición. Para diagnosticarlo, los especialistas evalúan el comportamiento del niño en distintos entornos, como el hogar o la escuela, a través de entrevistas y cuestionarios. Los síntomas deben estar presentes antes de los 12 años, durar al menos seis meses y afectar significativamente su vida diaria.
El TDAH no se presenta de la misma manera en todos los niños. Existen tres tipos principales: el inatento (dificultad para concentrarse y seguir instrucciones), el hiperactivo-impulsivo (inquietud constante, dificultad para esperar turnos) y el combinado, que es el más común. Con el tiempo, estos síntomas pueden evolucionar: en la adolescencia, por ejemplo, los desafíos académicos y sociales pueden generar ansiedad, depresión o baja autoestima si no se aborda adecuadamente.
Superar el TDAH requiere un enfoque integral: terapia conductual, apoyo familiar, adaptaciones escolares y, en muchos casos, medicación. El tratamiento es individualizado y puede cambiar con el tiempo. Es importante desmontar los mitos: el TDAH no implica menor inteligencia, no es un “invento moderno” ni una excusa para portarse mal. Con un diagnóstico temprano y el acompañamiento adecuado, los niños con TDAH pueden desarrollar todo su potencial y tener una vida plena.
Fuente: RPP_29/04/2025