La retractación de un artículo científico reabre la discusión sobre el uso de pesticidas tóxicos en la región y la necesidad de políticas más estrictas de protección ambiental.
La reciente retractación de un estudio publicado hace 25 años, que defendía la seguridad del glifosato, ha generado un fuerte impacto en el ámbito científico y sanitario. El artículo, cuestionado por conflictos de interés y fallas metodológicas, había sido utilizado como argumento para sostener la inocuidad de uno de los herbicidas más empleados en el mundo.
La decisión de la revista especializada en toxicología de retirar el trabajo refuerza las advertencias de organismos internacionales como la OMS y la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), que han señalado al glifosato como “probablemente cancerígeno para humanos”.
En el caso de Perú, la noticia pone en evidencia un problema mayor: el uso extendido de pesticidas altamente tóxicos, algunos prohibidos en otros países, como el clorpirifos y el metamidofos. Estos productos, presentes en cultivos de consumo masivo, han sido vinculados a riesgos de cáncer, daños neurológicos e infertilidad, y permanecen en frutas y verduras incluso después del lavado o la cocción.
Organizaciones de salud pública y colectivos ambientales insisten en que el país necesita revisar sus políticas agrícolas y fortalecer los controles de calidad para reducir la exposición de la población a químicos peligrosos. La caída del estudio sobre el glifosato, señalan, es una oportunidad para replantear el modelo de producción y apostar por alternativas más seguras y sostenibles.
Fuente: La República /09/12/2025